28 Oct
28Oct


Se empezaron a impartir clases a las que asistían desde los pequeños vástagos, en tanto a las damas, fuera de algunos como los de San Luis Potosí, Guadalajara y Morelia, se abstenían de asistir a los ranchos charros por el ambiente tan bravío  pos revolucionario que existía.


La Asociación Nacional de Charros, trato de vencer esa situación al nombrar en el año 1925 a su “Primera Reina y Capitana” la Señorita Ana María Gabucio y Sánchez Mármol, Estableciendo además la primera escuela Charra al mando de Rodolfo Rodríguez.  


Año mas tarde bajo el patrocinio de la Metropolitana, se funda la Asociación Metropolitana de chinas en 1933, integrada por las esposas, hermanas e hijas de los mismos socios, las que también ayudaron en todas las actividades a sus esposos y padres, estableciendo otra escuela de equitación charra al mando del entonces capitán José Ignacio Lepe, fundo el grupo de Damas Charras del circulo de amigos de charros de la Villa Obregón, (san Ángel) que se presentaban junto con los charros, en festivales y desfiles. 


Una crónica de la época relata que se presentaban “muy bien montadas, elegantes y vistosamente ataviadas como charras, ejecutaban algunos ejercicios al paso, al trote y al galope”. Algo parecido a lo que años antes habían organizado Lepe, con los charros “guardabosque”, del Escuadrón montado de la Policía del Distrito Federal. 


Los antecedentes inmediatos de las actuales escaramuzas charras, que ejecutan sus movimientos siempre a galope y por lo cual regular vestidas de Adelitas, habían echado raíces junto con otros factores indispensables para su surgimiento, nada aparecerá en forma espontanea, siempre es indispensable una evolución y el momento propicio para ello. 


Varias mujeres comenzaron a mover caballos montadas a mujeriegas, tan bien o mejor que los charros, en el grupo de san Ángel, había un ramillete de amazonas entre las que figuraban Alicia Sarmienta, Lily Romero, quienes se daban el “quien vive” en tan arriesgada ejecución contra Edith Calcáneo y Lupita Monroy, rivalizando con la presente de la Nacional, la gentil Malena Lucio. 


Sin embargo, a pesar de estos ejemplos de pundonor, vergüenza, habilidad, gracia, belleza y señorío, los charros siempre se oponían a que las mujeres compitieran en charreadas formales, pero no pudieron impedir su participación, cada vez mayor en el medio charro, que anudad al creciente numero de niños y niñas que iban a practicar a la escuela charra, crearon condiciones propicias para el gran cambio que tuvieron las asociaciones en su estructura y la charrería en general, a la que forma definitiva se integra y participara toda la familia.


En 1952, don Everardo Camacho Mora, Presidente de la Asociación Nacional de Charros,  se dio a la tarea de reglamentar y ampliar la escuela de charrería, que hasta ese entonces habría un único maestro “El san Luis” nombrado ante la gran cantidad de alumnos a otros dos instructores; Luis Ortega y Rafael Ramos.


A Malena Lucio, le había tocado en suerte iniciar este gran paso, ella montaba inicialmente en un club hípico, pero bajo la instrucción del General Manuel Mercado, cambio al Estilo Charro, convirtiéndose de 1947 a 1953, en la menudita y graciosa estrella de la Nacional, calando en casi todas las fiestas de la Asociación en forma Maravillosa y a manera de diversión durante las practicas, jugaban con los niños y niñas charras a “la Roña”, “los encantados” y a  “lo que hace la mano hace la otra”, montando a caballo.


Don Everardo Camacho, son ese carácter muchachero que tenia, se ponía al frente de un grupo semejante, integrado por sus hijos, Pepe, Toña y Lupe, los del Ing. Santiago Ruiz, María Eugenia, Graciela y Arturito, grupo al que se agregaban frecuentemente Manolito Herrera y Lalo López Becerril, el Ing. Ruiz, fue otro de los grandes promotores para formar el grupo femenil. 


A Luis Ortega, se le confió la instrucción de l conjunto y puso en practica los movimientos que había observado en los grupos de la policía montada y a las cuadrillas mixtas formadas por veinte parejas en los Estados Unidos, vistosas evoluciones en perfecto orden y uniformidad. Pronto empezó a presentar al pequeño “rebaño” ante el publico de México, fecha memorable en los anales de la Charrería Organizada el 7 de Marzo de 1953,(fecha que mas tarde seria reconocida como el día de las Escaramuzas) cuando se presentaron al publico esos niños de 5, 6 y 7 años, que aportaban algo nuevo, un arte distinto en la doma a la monta de la usanza Mexicana. Había Nacido el “Carrusel charro”.

Primera escaramuza que se celebró en el Rancho del Charro (hoy la Asociación Nacional de Charros) en la Ciudad de México el 22 Marzo de 1953.